MARCOS 12: 29-31 Mar 12:29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Mar 12:30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Mar 12:31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
   
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  ¿Por qué creo en El Creador?
 

Por qué creo en El Creador

  

1. QUÉ profunda filosofía se encierra en la primera afirmación registrada por Moisés:

Y “En el principio creó el Poderoso...” Génesis 1:1 (J).

La existencia del universo presupone un Creador. Antes de que se construya un edificio, primero tiene que concebirse en la mente de un arquitecto. El inventor tiene que preceder a su invención. El universo es una invención, una creación, un vasto sistema de galaxias organizadas que forman una estupenda unidad. Las esferas celestes despliegan una armoniosa organización efectuada por una Mente Divina sin la discordia que resulta de voluntades opuestas. Antes de ser creado el universo, tiene que haber sido concebido en la Mente Infinita, porque ningún hombre finito puede crear, o como lo pone el diccionario de Webster, “traer a la existencia de la nada; causar que exista.” El creador tiene que preceder a Su creación. Esta verdad auto-evidente fue expresada por el salmista cuando dijo:

Y “Antes de que fueran producidas las montañas, que formaras la tierra y el mundo, de eternidad a eternidad, tú eres el Poderoso.” Salmo 90:2 (J).

2. Hay quienes nos dicen que no creen en la existencia del Creador simplemente porque ningún ser humano que vive ahora ha visto jamás a semejante Ser. En otras palabras, quieren hacernos creer que ellos creen solamente en aquello que pueden ver. Sin embargo la experiencia humana nos enseña diariamente que en realidad creemos en muchísimas cosas  que no vemos ni entendemos. Tome, por ejemplo, la gravedad, la electricidad, el aire, el pensamiento. Nadie ha visto jamás estas fuerzas, y sin embargo sabemos que existen por lo que ellas hacen y logran. La Escritura declara:

Y “Los cielos declaran la gloria del Poderoso; y el firmamento muestra la obra de sus manos.” Salmo 19:2 (H).

Esto quiere decir que al contemplar sus obras creativas podemos claramente ver y entender que tiene que haber un Ser Invisible, o sea el Creador, que trajo todas esas cosas a la existencia. Para ilustrar: Nosotros entendemos que hay un avión que escribe en las nubes cuando vemos la escritura flotante, aun cuando nuestros limitados sentidos no puedan penetrar la distancia para ver quién hace la escritura. En ambos casos el no creer sería inexcusable.

 

Evidencia en el cielo

3. Hay tan abundante y conclu-siva evidencia en los cielos sobre la existencia de un Ser Supremo que ninguna persona que no esté prejuiciada puede negarlo. El sublime desfile de los cuerpos celestes en su ordenada marcha a través del espacio infinito testifica de la Divinidad. Dice el profeta:

Y “Levanta tus ojos  a lo alto, y contempla quién ha creado estas cosas, que saca su ejército por número, Él las llama a todas por nombre por la grandeza de Su poder, porque él es fuerte en poder; ninguna falla.” Isaiah 40:26 (H).

4. Nuestras mentes finitas son incapaces de comprender la vastedad del universo. Los astrónomos nos dicen que todos los granos de arena en todas las playas del mundo no igualarían el número de las estrellas en el universo. Un notable astrónomo americano estima que hay alrededor de 200 millones de galaxias o universos islas, cada uno de los cuales contiene billones de estrellas o soles. Todas esas estrellas están en perpetuo movimiento. Incontables billones de estos brillantes soles trazan su camino a través del espacio ilimitado, una órbita interceptando a otra como los eslabones de una cadena, y sin embargo no hay conflicto, ¡no hay colisiones! ¿Qué Genio matemático ha concebido, planificado, hecho y coordinado todos estos mundos?

Y “El necio ha dicho en su corazón: ‘No hay un Todopoderoso’.” Salmo 14:1 (J).

Los tales pueden adjudicar la existencia de este universo infinitamente complejo a la casualidad, pero la casualidad no puede inventar, organizar ni planificar. La casualidad no puede tan siquiera hacer un reloj. Cada ruedita, muelle-cito, joya, o  alambre en el reloj tiene su lugar. Si colocáramos las piezas de un reloj –sus joyas, ruedas y resortes– en una vasija y las agitáramos siempre vigorosamente por un millón de años, esas piezas nunca formarían por sí mismas un reloj. Sólo una mente experimentada y unas manos diestras pueden ensamblar esas piezas. A un prominente hombre de negocios, fabricante de joyería, que fue librado del destructor de almas que es el escepticismo, y que vino a ser un firme y ardiente creyente en la existencia del Todopoderoso, se le pidió que diera una razón de su fuerte y estable fe en el Poderoso de la Biblia. Su respuesta fue:

5. “A una muchacha en nuestra fábrica le toma como dos días aprender a ensamblar las 17 piezas de un picador de carne. Puede que esos millones de mundos, cada cual con su órbita separada, todos balanceados tan perfectamente en el espacio –puede que eso haya sucedido simplemente, puede que por un billón de años de tropezar por ahí ellos se hayan acomodado así. Yo no sé, Yo soy simplemente un fabricante de joyería. Pero esto yo sé, que uno puede agitar las 17 piezas de un picador de carne en una bañera por los próximos 17 billones de años, y nunca podrá hacerse un picador de carne.”

6. Un notable físico que cree en el Ser Supremo nos asegura que su fe es algo real para él. Respondiendo a su propia pregunta en cuanto a qué es la fe, dice:

“Para mí, la fe comienza con el reconocimiento de que una Inteligencia Suprema trajo el universo a la existencia y creó al hombre. No es difícil para mí tener esta fe, porque es incontrovertible que donde hay un plan hay una inteligencia –y un universo ordenado que se expande testifica sobre la verdad de la más majestuosa afirmación jamás formulada: ‘En el principio creó el Poderoso...’ Cuando el hombre alcanza esta fe, encuentra una clave para una mayor felicidad y progreso.”

7. Cómo es que el gran Creador que sostiene estos innumerables mundos en sus cursos sin camino puede a la misma vez dar pensamiento, dirección, cuidado y protección a cada uno de esos incontables millones de seres humanos en este pequeñito mundo nuestro, está más allá de toda comprensión, y sin embargo es cierto. Dijo  David el salmista:

Y “Cuando considero los cielos, la obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has ordenado: ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, y el hijo del hombre para que lo visites? Pues lo has hecho un poco menor que los ángeles, y lo has coronado de gloria y honor.” Salmo 8:4-6 (H).

¿No es semejante Creador y Benefactor digno de nuestra adoración y amor?

 

Evidencia en esta tierra

8. Nuestro pequeño mundo abunda en pruebas de la existencia del Creador. Para ilustrar: hay leyes que determinan el tiempo, el clima y las estaciones. Leyes inexorables reinan en la vida vegetal y animal, en la química y en la física. Estas son leyes que gobiernan la luz, el color y el sonido. El diseño y la simetría son patentes en toda flor, toda hoja y toda brizna de hierba.

Tome, por ejemplo, el maíz que crece en hileras longitudinales en la mazorca. ¿Sabía usted que sus hileras están siempre en números pares, sea ocho, diez, doce o catorce, etc.? Usted nunca encontrará una mazorca que tenga un número non en esas hileras.  La naturaleza inanimada no puede contar. ¿Quién entonces pudo haber planificado semejante arreglo si no es la mente del Infinito?

9. Considere los diminutos cristales de nieve, con sus graciosos diseños, los delicados bordes cincelados y nivelados que los decoran, y sus curiosos puntos y lazos, todos arreglados en perfecto orden alrededor de un centro. ¿Cómo puede uno explicar el hecho de que los copos de nieve son casi siempre hexagonales en forma –o con seis lados o con seis rayos? El profesor William A. Bentley, una autoridad en copos de nieve y pionero en la fotografía de cristales de nieve, fotografió al menos 5,000 copos y nunca encontró dos que fueran exactamente iguales.

¡Cinco mil copos de nieve cada cual con un diseño diferente! Pero ¿qué son 5,000 copos de nieve entre los incontables cristales que, al caer silenciosamente, cubren como sábana innumerables campos y cumbres de cadenas montañosas y alimentan los ríos glaciales?

Los artistas y diseñadores de seda usan estas fotografías de copos de nieve para hacer patrones; los joyeros las usan para cortar gemas y para diseñar joyería y obras de filigrana; los obreros del arte en metal, para hacer las obras decorativas y ornamentales, como la cristalería en ventanas; los científicos, para  estudiar el tiempo, las nubes y la nieve. Los amantes de la belleza se deleitan en su simétrica y frágil  belleza.

Cuando se le pidió una explicación de la trascendente belleza de estos cristales, Wilson Bentley contestó: “Solamente el Artista que los diseñó y los formó sabe cómo se hace.” –Nuestro maravilloso mundo, p. 52, 53, Francis Jenkins Olcott.

10. No importa que uno estudie un sol distante a través del telescopio o una minúscula célula a través  del microscopio, encontraremos que la ley, el diseño, y el propósito permean cada átomo en el espacio infinito. Los protones y electrones del más pequeño átomo son tan gobernados por leyes como lo son los grandes soles en el distante espacio. Dondequiera que existen las leyes, tiene que haber un legislador.

Muchos científicos están de acuerdo en que es imposible explicar la esencia y la conducta de la naturaleza aparte del Ser Supremo. El Dr. W. R. Whitney, prominente científico y mago de la electricidad, dijo una vez:

“Está bastante claro que no importa lo que sea la electricidad, parece ser la última esencia de la que todo lo demás está hecho, y por la cual ocurren la mayoría de los procesos.

“Yo pregunté: ¿Y esa última esencia misma?”

“Tenemos nuestras teorías,” respondió el científico, “pero no podemos probarlas.” Levantando de su escritorio un pequeño imán, dijo: “Pon esto junto a una aguja de acero, y la aguja saltará hacia el imán. Nadie sabe por qué, pero hemos formulado elaboradas explicaciones. Hablamos de líneas de fuerza, dibujamos un diagrama del campo magnético. Sabemos que no hay líneas ahí, y “campo” es simplemente una palabra para  encubrir nuestra ignorancia.”

“Puso el imán sobre una base de madera en la que estaba incrustado otro imán, y el imán de arriba flotó en el espacio como a media pulgada sobre la base.

11. “¿Qué lo sostiene? Sir Oliver Lodge dice que es el éter que todo lo permea. Pero Albert Einstein niega que haya algún éter. ¿Cuál está en lo correcto? Yo digo que el imán flota en el espacio por la voluntad del Creador. El imán repele a otro imán por la voluntad del Creador. Y ningún hombre puede hoy día dar una respuesta más precisa.”

El director de una institución de investigación biológica ha dicho:

“Ver al Creador en el universo no es más difícil que ver los electrones ahí; “ mientras Louis Pasteur, científico francés y padre de la bacteriología, declaró:

“La posteridad un día se reirá de la sublime necedad de la filosofía materialista. Mientras más estudio la naturaleza, más me maravillo de la obra del Creador. Yo oro en mi trabajo en el laboratorio.”

12. Un astrónomo tenía un amigo que era incrédulo, a quien quería convencer de la existencia del Creador. Para lograr esto, consiguió un bonito globo con sus satélites que giran. Justo antes de que su amigo escéptico entrara en el salón, Kircher le dio cuerda al artefacto y lo puso en movimiento. Tras contemplarlo admirado por un rato, el escéptico preguntó: “¿Quién hizo eso?” El astrónomo le contestó con su misma moneda: “Nadie lo hizo. Vino a la existencia por pura casualidad. Indudablemente fue producido por fuerzas residentes.” “¡Eso no tiene sentido!” respondió el escéptico.

13. Recordándole ese hecho del que él se había convencido, dijo el profesor Denison Olmsted: “Ningún hombre puede ser amante de la astronomía y ateo a la misma vez.” Joseph Addison escribió:

 

“Arriba el espacioso firmamento,

con su cielo azul y etérea llama,

con estrellada expansión fulge redento

y su gran Original proclama.

 

El fiel e incansable sol, día tras día

el poder de su Creador despliega ingente,

y publica en toda tierra y toda vía

la obra de una mano omnipotente.”

 

El Creador y la naturaleza

14. Un gran sabio aconsejó:

Y “Ve a la hormiga, oh perezoso; considera sus caminos, y sé sabio.” Proverbios 6:6 (J).

¿Quién puede explicar las maravillas de la conducta de los animales? El hombre ha inventado una palabra para ella, la llama “instinto.” Pero ¿qué es el instinto? Nadie lo sabe. ¿Quién ha dotado a la hormiga de la sabiduría superior  que la hace uno de los primero ingenieros mineros del mundo? ¿Quién hace posible que la humilde araña acuática sea uno de los primeros ingenieros hidráulicos? La araña acuática hace su nido debajo del agua, adhiriéndolo a una roca, un tronco, o palo, con la apertura de la red señalando hacia abajo. Para sacar el agua de esta red del tamaño de un dedal, la araña introduce en ella pequeñas burbujas de aire. Repite esta operación hasta que toda el agua es forzada a salir del nido, y está lista para poner sus huevos. ¿Quién le enseñó a la araña que el aire desplaza el agua de su nido? ¿Cómo pudo la araña saber este hecho científico miles de años antes de que Arquímedes lo descubriera?

La araña de caracol es uno de los primeros ingenieros civiles del mundo. Levanta una concha, posiblemente cien veces su propio peso, hasta una rama a 18 pulgadas sobre el suelo. Cómo realiza esta hazaña de ingeniería es ciertamente una maravilla. Primero voltea la concha al revés para drenar el agua que pueda contener; entonces teje una red desde la concha hasta la rama. La red se encoge a medida que se seca, y así levanta la concha un poco hacia la rama. La araña entonces teje otra red y luego otra, levantando más a cada tramo la concha hasta que queda asegurada y adherida a la rama.

Las abejas están entre los primeros ingenieros sanitarios del mundo. Cuando un ratón entra a su colmena, lo pican hasta matarlo; y como las abejas son vegetarianas, no se alimentan de su cadáver. Para evitar que el cadáver se pudra y contamine el resto de la colmena, lo sellan a prueba de aire con una cera especial, y hacen tan perfectamente ese trabajo que ni el más mínimo tinte de pudrición ni el más mínimo olor puede atravesarla. ¿Quién enseñó a estas abejas y les dio esta maravillosa sabiduría? El mismo Creador que instruyó a sus hijos: “Sean limpios.”

 

Evidencia en el cuerpo humano

15. El hombre tiene dentro de sí una “Feria Mundial” completamente equipada, que excede por mucho a una Feria Mundial de Chicago o Nueva York. Si el cuerpo humano vivo se pudiera ampliar un millón de veces, ¡qué misteriosos procesos contemplaríamos que asombrarían la imaginación! Se nos dice que los tejidos de nuestro cuerpo se componen de alrededor de 28 billones de células y que cada célula y tejido requiere alimento para el metabolismo. ¿Contribuye el hombre conscientemente algo para la realización de este estupendo proceso? No, en lo más mínimo. Todo lo que el hombre hace es participar de la comida y masticarla. El estómago, los intestinos, el hígado, los nervios, el corazón, la sangre, la linfa, no descansan. La sangre entrega el nutrimento a cada una de esas billones de células, y el cuerpo hace el resto, formando huesos, nervios, y músculos. Extraño como parezca, el estómago sabe más de alimento que el hombre mismo. Cuán a menudo rechaza comida insana en una violenta protesta contra el abuso.

16. Es fascinante observar cuán rápidamente el cuerpo combate la enfermedad cuando ocurre alguna clase de perturbación. Inmediatamente se envía una alarma desde el centro nervioso en el cerebro poniendo en movimiento enseguida  nuevas actividades en el cuerpo en su esfuerzo por vencer la dificultad. Enjambres de células blancas se fabrican rápidamente en el tuétano de los huesos, y esas células salen a prevenir cualquier intrusión ulterior del germen invasor. Fuerzas restauradoras están en función, y ha comenzado la curación. ¿De dónde el cuerpo humano obtiene este poder para repararse a sí mismo? En palabras de la Escritura:

Y “¿Quién ha puesto sabiduría en las partes interiores? ¿O quién ha dado entendimiento al corazón?” Job 38:36 (H).

17.  En un discurso ante la reunión anual de la Sociedad Médica de Massachusetts sobre “la sabiduría del cuerpo,” informado por la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra, noviembre 18, 1937, el Dr. R. C. Cabo, decano de los médicos de Boston y profesor emérito de Medicina Clínica, Escuela Médica de Harvard, enumeró muchas de las funciones y procesos misteriosos del cuerpo que ningún científico entiende ni puede explicar, particularmente aquellas fuerzas y procesos que se resumen en el término El poder curativo de la naturaleza.

“¿Pero qué es la naturaleza,” preguntó. “¿Cuáles son las características de este poder? La primera es la de su sabiduría sobrehumana. ¿De dónde proviene esta fuerza? ¿De dónde obtenemos la substancia curativa en nuestros tejidos? No veo por qué no deberíamos llamarla por su nombre natural... Resulta perfectamente obvio que es el Creador. Es el poder del Creador del cual depende cada uno aquí hoy día, porque el hecho es que Él está aquí en lugar de estar debajo de la tierra... Al estudiar la enfermedad, la profesión médica ha aprendido más sobre el significado de esta palabra [Creador] que la inmensa mayoría de las llamadas personas religiosas. ¿Por qué no decir esta verdad, siendo que es real?”

18 El ojo humano es una cámara fotográfica maravillosa que constantemente envía mensajes en imágenes al cerebro. El oído es un aparato suprasensible, capaz de reconocer una voz familiar entre mil. Y qué no se puede decir del sistema nervioso con sus millones de diminutas terminaciones nerviosas y ramificaciones que llegan a todas partes del cuerpo, llevando mensajes a la estación central, el cerebro. ¿Quién puede resolver los misterios de la mente humana, de la personalidad y el destino del hombre? No es maravilla que el inspirado salmista exclamara:

Y “Tremenda y maravillosamente estoy hecho.” Salmo 139:14 (J).

19. Siendo que el Creador empleó tanto pensamiento en la creación del hombre, ¿es razonable suponer que no va a cuidar de él? ¿Está usted algunas veces tentado a pensar que a él no le importa, que lo ha olvidado? Oiga lo que Él tiene que decir sobre esto:

Y “¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, para no tener compasión del hijo de su vientre? Sí, ella podría olvidarse, pero yo no me olvido de ti.” Isaiah 49:15 (H).

 

El Creador, un ser personal

20. Hay quienes encuentran difícil pensar en el Creador como un Ser personal y real. Entretienen nociones fantasiosas sobre él y su revelación de sí mismo en la Santa Biblia. Leemos en Génesis 1:26, 27, que el hombre fue hecho “a imagen del Creador.” Ningún artista puede impartirle a su obra aquello que él mismo no posee, no ve, o no experimenta. ¿Puede una persona ciega al color, por ejemplo, pintar una puesta de sol? Fue el Creador quien le dio un cuerpo al hombre, y él declara que lo hizo a su imagen. Note lo que el Creador dijo de sí mismo:

Y “Tú no puedes ver mi rostro, porque ningún hombre puede verme y vivir. Y Yahwéh dijo: He aquí, hay un lugar junto a mí; tú te pondrás sobre una roca; y sucederá que, mientras pasa mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la roca, y te cubriré con mi mano, y verás mi espalda; pero mi rostro no lo verás.” Éxodo 33:20,-23 (H).

En el pasaje citado el Creador nos dice que él tiene un rostro, manos, y espalda. Leemos que Yahwéh pronunció los Diez Mandamientos en una voz audible desde el monte Sináy. Éxodo 20:1-19. Más tarde escribió los Diez Mandamientos con su propio dedo sobre dos tablas de piedra. Éxodo 31:18.

21. La Biblia también declara que el Creador tiene atributos:

Y “Y Yahwéh pasó delante de él [de Moisés], y proclamó: Yahwéh, Yahwéh Poderoso, misericordioso y clemente, paciente y abundante en bondad y verdad, que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad y la transgresión y el pecado, y que de ningún modo excusa al culpable. Éxodo 34:6, 7 (H).

Solamente un Creador personal puede poseer tales atributos.

El Creador está diariamente, de una y mil maneras, tratando de demostrar su amor y misericordia a sus criaturas. La maravillosa adaptación de la naturaleza a las necesidades de la humanidad es una expresión de su amor. Cada comida de la que participamos y disfrutamos debería declararnos: “Yahwéh es amor.” Cada flor con sus hermosos tintes y delicadas fragancias nos dice: “Yahwéh es amor.” Cada ave que da sonoridad al aire con su alegre canto proclama: “Yahwéh es amor.” El cielo azul, la tibia luz del sol, la refrescante lluvia, las gloriosas puestas de sol, las innumerables bendiciones materiales que son nuestras cada día, todas testifican del hecho de que “Yahwéh es amor.”

22. Pero la naturaleza, dañada como está por los efectos del pecado, no representa perfectamente el carácter del Creador. Muchos hoy día vagan por ahí sin mapa ni brújula, atribulados y temerosos, sin conocer ni la paz mental ni el reposo del alma, y todo porque nunca han aprendido a conocer a Aquel que “es la salud de mi rostro,” Salmo 42:12 (H). Hay muchos cuyo lenguaje es como el de Job: “Oh, si supiera dónde puedo hallarlo a Él.” Job 23:3 (J).

 

Relaciónese con Él

23. ¿Es ese el clamor de su corazón, estimado lector? ¿Anhela usted conocer a Aquel que es el “principal entre diez mil,” y “todo hermoso”? Cantares 5:10, 16 (H). ¿Es el deseo de su corazón familiarizarse con Aquel cuyas maravillosas obras en la tierra, el mar, y el cielo hablan tan elocuente y persistentemente de que “Yahwéh es amor”? Escuche: usted puede tener un encuentro diario con su Padre celestial en las páginas de Su Libro –Las Sagradas Escrituras. Cualquiera que sea su condición, su dilema, o su perplejidad, hay ayuda para usted en la Biblia. Su mensaje será como medicina para su alma turbada. Allí hallará consuelo, y solamente allí hallará reposo. Así que deje que el Creador le hable a través de sus sagradas páginas. Deje que él le susurre Sus secretos a usted personalmente, y a medida que usted lee, entenderá mejor Sus amantes planes y propósitos para usted. Entonces a medida que su alma se eleva por sobre las tristezas y perplejidades cotidianas hacia un ámbito de paz verdadera, usted también podrá decir por experiencia propia que “Yahwéh es amor.” Por lo tanto:

Y “Relaciónate ahora con él, y tendrás paz; y de ahí vendrá el bien a ti.” Job 22:1 (H).

 
 
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