¿Es Jesucristo el Dios Creador?
Publicado por primera vez en: Creation 13(3):43-45, Junio-Agosto 1991
La Biblia afirma en varios lugares que Jesucristo es el Dios Creador. Por ejemplo, 'Todas las cosas por Él [el Verbo, en Griego logos (logos), = Jesucristo ] fueron hechas' (Juan 1:3), y 'Porque en él [Jesucristo ] fueron creadas todas las cosas' (Colosenses 1:16).
Si esto es verdad, deberíamos esperar ver algún paralelismo entre lo que pasó en la creación y las obras de Jesús durante su ministerio en la Tierra. ¿Qué encontramos?
Primero consideremos qué tipo de evidencia estamos buscando.
Algunos de los elementos esenciales y distintivos de la creación, como se revelan en Génesis capítulo 1, así como en el resto de la Biblia, son:
1. La creación involucró el acto por parte de Dios de traer a la existencia, inmediata e instantáneamente, materia que no existía previamente, sin el uso de materiales pre-existentes o causas secundarias; por ejemplo, en la creación de los cielos y la Tierra, como se registra en Génesis 1:1. La creación también involucró el moldeamiento, la combinación, o la transformación de materiales existentes, como cuando Dios creó a Adán del polvo de la tierra (Génesis 2:7), y Eva de la costilla de Adán (Génesis 2:21-22).
2. La creación involucró la impartición de vida a materia que de otra manera no tendría vida.
3. El mecanismo de la creación, o los medios por los que los aspectos arriba fueron cumplidos, fue por la Palabra del Señor, eso es, Dios dijo (= Dios quiso que pasara 1) . . . y ocurrió.
4. El propósito o motivo de Dios al crear era mostrar su gloria, 2 para hacer conocer su Poder, Su sabiduría, Su voluntad, y Su santo nombre, 3 de manera que pudiera recibir gloria de sus seres creados. 4
Nota: No debemos esperar encontrar exactamente los mismos paralelos entre los milagros de Jesús y lo que ocurrió en la Creación, puesto que Jesús no vino a re-crear el universo, sino que 'vino a buscar y a salvar lo que se había perdido', 5 y 'para dar su vida en rescate por muchos.' 6 Con esto en mente, comparemos estos cuatro aspectos de la creación con las obras de Jesús.
1. Creación de la nada y/o de materiales existentes
Varios de los milagros Jesús involucraron la creación de nuevo material. Ya fuera de la nada o de materiales existentes es algo no expresado por los escritores de los Evangelios, pues ellos se enfocaban en el hecho de los milagros y los efectos que estos producían (Juan enfatiza en la enseñanza que Jesús extraía de ellos), en lugar de cualquier análisis del modus operandi.
El primer milagro de Jesús involucró la creación de vino. En un desayuno de bodas, Jesús instruyó a los meseros para que llenaran seis vasijas de barro con agua, y luego las llevaran al maestro de ceremonias del banquete de bodas. Cuando ellos llegaron, el agua se había convertido en vino, 7 eso es, había habido una creación instantánea de los átomos de carbono y moléculas químicas que componen el azúcar de la uva, el dióxido de carbono, materia colorante, etc., del vino.
Otros ejemplos son dos veces cuando Jesús alimentó una multitud en la primera ocasión más de 5,000 personas con cinco panes y dos pescados. 8 y en la segunda ocasión más de 4,000 personas con siete panes y un poco de pescado. 9
Aquí había pan y pescado para empezar en ambas ocasiones. Jesús pudo hacer que los ítems originales se multiplicaran, o pudo haber repartido toda la comida original y luego creó nuevos panes y pescados hasta que todos se alimentaron. De cualquier forma, Jesús creó suficiente pan y pescado extra, no sólo para alimentar miles de personas, sino también para proveer 12 cestas de sobrantes en la primera ocasión y siete en la segunda. Esto involucró no solamente la creación de carbohidratos apropiados, proteínas y otras moléculas, sino su inmediato ordenamiento en complejas formas y estructuras necesarias para hacer pan cocido y pescado (aunque muerto y cocinado).
Algunos de los milagros de sanidad de Jesús, por ejemplo, de leprosos, 10 del ciego, 11 y paralíticos, 12 involucró la reparación instantánea de tejidos, nervios, músculos, etc., y el crecimiento instantáneo o recrecimiento de células sanas. El resultado en red fue la creación de partes funcionales sanas del cuerpo para reemplazar las partes enfermas, que no funcionaban o estaban atrofiadas.
2. El dar vida
Jesús dio vida a los muertos en tres ocasiones, al hijo de una viuda, 13 a la hija de Jairo,' 14 y a su amigo Lázaro. 15
En el caso de Lázaro, el cuerpo había estado en la tumba por cuatro días, y las palabras de Marta fueron registradas para nosotros: '... hiede ya, porque es de cuatro días..' 16
Esto muestra que el proceso de descomposición por el que un cuerpo eventualmente se vuelve polvo ya había comenzado. Así que aquí tenemos un paralelo con lo que ocurrió en el sexto día de la creación cuando Dios formó a Adán del polvo de la tierra y sopló sobre él aliento de vida, y Adán fue un ser viviente. 17 Jesús llamó a Lázaro de vuelta a la vida, y las moléculas de materia que estaban en el proceso de volverse polvo de nuevo, otra vez, un ser humano vivo.
En el caso del hijo de la viuda y la hija de Jairo, la muerte fue más reciente, eso es, probablemente en el mismo día que Jesús dio vida a sus cuerpos muertos. El principio aún aplica.
3. El método que Jesús usó
Jesús usó distintos medios para realizar sus milagros. Estos incluían tocar a los leprosos, al ciego, y al sordo; el uso de saliva para sanar a un sordomudo 18 y a un ciego; 19 el uso de barro (con instrucciones para lavarse) para sanar a un ciego; 2021 y la orden pronunciada para sanar, resucitar, y expulsar demonios.
Sin embargo, lo que pasó en estos y en todos los milagros de Jesús fue que Jesús quiso que el evento ocurriera y así fue. Esto se ilustra muy bien en la sanidad del hijo del noble. Jesús estaba en Caná de Galilea y un oficial del rey le pidió que viajara a Capernaum para sanar a su hijo que estaba agonizando. El Apóstol Juan registra lo que pasó, como sigue:
Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir. Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis. El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera. Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive. Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa. (Juan 4:46-53).
Capernaum estaba a unos 27 kilómetros de Caná a vuelo de pájaro, lo que significa que no había manera de que el hijo enfermo, o alguien más en Capernaum, pudiera haber escuchado a Jesús o haber estado influenciado por su presencia física en Caná.
Jesús quiso que el niño enfermo se recobrara, a una distancia de 27 kilómetros, y así fue. Similarmente, Jesús quiso que el agua se convirtiera en vino, en las bodas de Caná, y así fue. Él quiso que el pan y el pescado se formaran y así fue, y quiso que 10 leprosos se sanaran después de que lo habían dejado y se dirigían a los sacerdotes, y fueron sanados. 22
Es interesante que un centurión gentil reconoció esta autoridad de Jesús. El centurión había enviado siervos a pedirle a Jesús que fuera y sanara a su sirviente, como lo registra Lucas:
Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero dí la palabra, y mi siervo será sano. Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo. (Lucas 7:6-10.)
El centurión reconoció que la voz de Jesús no podía ser escuchada por su siervo enfermo, pero el resultado, llevado a cabo por el ejercicio de la autoridad de Jesús, no tendría menos efectividad debido a eso.
4. La gloria de Jesús vista en sus milagros
Luego de narra el primer milagro de Jesús- la conversión del agua en vino -el Apóstol Juan dice, él 'manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.' 23 Cuando Jesús escuchó que Lázaro estaba enfermo dijo, 'Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.' Y luego, después de que Lázaro había muerto y antes de que Jesús lo resucitara a la vida, le dijo a Marta, '¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? ' 24
Juan llama los milagros de Jesús 'señales' 25 y en su Evangelio Juan muestra el camino al que apuntan las señales: 26 'éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.' 27
Conclusión
Jesucristo es el Dios Creador. No sólo lo afirma la Escritura, 28 pero durante su vida terrenal y ministerio hizo las cosas que esperaríamos que hiciera el Dios Creador. Las hizo de la forma que esperaríamos que las hiciera el Dios Creador- por su palabra de autoridad y el ejercicio de su voluntad. Y al hacerlo mostró su gloria.
Esta es una fuente de alabanza e inspiración para aquellos que creen en la Palabra de Dios, y al mismo tiempo es una reprobación a la doctrina de la evolución teísta. El pensamiento de que Jesús pudo haber usado procesos evolutivos al azar para sanar al enfermo o dar vida al muerto es tan insostenible como la idea de que usó esos procesos para crear y dar vida a todas las cosas 'en el principio'.
Referencias y notas
1. Vea R.M. Grigg, 'Creación - ¿Cómo lo hizo Dios?', Creation Ex Nihilo, 13(2):36-38. Regresar al Texto
2. Salmo 19:1. Regresar al Texto
3. Éxodo 9:16: cf. Romanos 9:17, 22-24: Efesios 1:5-10; 3:9-11. Regresar al Texto
4. 1 Crónicas 16:29: Salmo 29:1, Apocalipsis 4:11. Regresar al Texto
5. Lucas 19:10. Regresar al Texto
6. Mateo 20:28. Regresar al Texto
7. Juan 2:1-11. Note el verso 9. Regresar al Texto
8. Es interesante que este es el único milagro que los cuatro Evangelios registran: Mateo 14:15-21; Marcos 6:35-44; Lucas 9:12-17; Juan 6:5-14. Regresar al Texto
9. Mateo 15:32-38; Marcos 8:1-9. Regresar al Texto
10. Lucas 5:12-13; Lucas 17:11-19. Regresar al Texto
11. Mateo 9:27-30: Marcos 8:22-25; Juan 9:1- 41. Regresar al Texto
12. Lucas 5:17-26: Lucas 6:6-10. Regresar al Texto
13. Lucas 7:11-16. Regresar al Texto
14. Lucas 8:41-42 y 49-55. Regresar al Texto
15. Juan 11:1-44. Regresar al Texto
16. Juan 11:39. Regresar al Texto
17. Génesis 2:7. Regresar al Texto
18. Marcos 7:31-35. Regresar al Texto
19. Marcos 8:22-25. Regresar al Texto
20. Juan 9:1-41. Regresar al Texto
21. Posiblemente para incrementar la expectativa por parte de aquellos que se relacionarían con una forma particular de tocar -el ciego, el sordo, y los leprosos. Regresar al Texto
22. Lucas 17:11-19. Regresar al Texto
23. Juan 2:11. Vea también Lucas 17:15,18; Juan 11:4,40. Regresar al Texto
24. Juan 11:4,40. Regresar al Texto
25. Los milagros per se no son necesariamente evidencia de deidad; en lugar de eso son evidencia de poder sobrenatural. Otros en la Biblia, desde los magos de Faraón (Éxodo 7:22) hasta el falso profeta (Apocalipsis 19:20), se dice que hicieron milagros. Regresar al Texto
26. Juan hace esto mostrando la ocasión, la enseñanza que Jesús extrajo de ellos (por ejemplo, 'Yo soy el Pan de Vida' después de alimentar los 5,000; 'Yo soy la Resurrección y la Vida' después de resucitar a Lázaro), la fe incrementada de aquellos que estaban dispuestos a recibir la verdad, y la incrementada ceguera espiritual de aquellos que rechazaron las afirmaciones de Cristo. Regresar al Texto
27. Juan 20:31. Regresar al Texto
28. Juan 1:3; I Corintios 8:6; Efesios 3:9; Colosenses 1:16; Hebreos 1:2. Regresar al Texto