Texas, USA - Un estudio de la Universidad de Baylor (EEUU) indica que lo que les desagrada es el sexo no matrimonial.
¿Qué es la homofobia? Podemos definir que es el trato injustamente discriminatorio hacia una persona porque tiene una orientación homosexual. ¿Cómo averiguar si un cristiano discrimina injustamente a un homosexual? No preguntándole sino, sobre todo, observando cómo trata al homosexual, por ejemplo, en un contexto laboral o de colaboración. Pero, si le trata de forma injustamente distinta… ¿es por su orientación sexual o es por su comportamiento sexual? ¡Orientación y comportamiento son cosas distintas!
¿Molesta a los cristianos la orientación sexual de la persona gay o sus actividades sexuales? ¿Les molesta, por ejemplo, tanto como el sexo extra-matrimonial en los heterosexuales?
Por primera vez un estudio ha investigado esto en condiciones “controladas”, y el resultado se ha publicado en el número de este mes del Journal for the Scientific Study of Religion , publicado por la norteamericana Sociedad para el Estudio Científico de la Religión ( www.sssrweb.org), una organización multidisciplinar fundada en 1949 que investiga el comportamiento religioso desde la sociología, la psicología, la economía, etc…
Los investigadores del Departamento de Psicología y Neurociencia de la Universidad de Baylor (EEUU) seleccionaron 100 mujeres con fuertes convicciones cristianas y les hicieron entender que tenían que trabajar en equipo con un compañero. Las mujeres fueron descubriendo datos de sus compañeros, quienes podían ser de cuatro tipos:
- Compañero homosexual célibe
- Compañero homosexual sexualmente activo
- Compañero heterosexual célibe
- Compañero heterosexual practicando sexo fuera del matrimonio
Luego se observó si las mujeres cristianas colaboraban bien con su compañero o si tendían a ayudar a una tercera persona fuera del equipo en vez de a su compañero.
Resultados: molesta el comportamiento, no la orientación
Recogidos los datos, se observó que las mujeres estudiadas trataban a los homosexuales célibes igual que a los heterosexuales célibes, con el mismo grado de colaboración. En cambio, los homosexuales activos y los heterosexuales promiscuos recibían menos ayuda en su tarea por parte de las cristianas, que tendían a preferir a una tercera persona.
El estudio demuestra, por lo tanto, que para las personas religiosas (al menos, para las mujeres) lo que desagrada y requiere un trato distinto es la actividad sexual considerada impropia, independientemente de la orientación sexual. “Lo que nos importa no son tus tendencias sino tus actos”, sería la conclusión.
El estudio contrasta con investigaciones anteriores que parecían indicar que las personas religiosas se comportaban con prejuicios hacia los homosexuales, pero esas investigaciones nunca habían investigado ni comparado la actitud hacia el promiscuo heterosexual, que a la luz de este estudio recibe la misma desaprobación.